-Tienes razón, perdóname, soy una basura- Dijo mientras trataba de ordenar sus ideas.
¿Una basura? ¿Lo era? Las cosas eran complicadas, él ya tenía otra pareja, sin embargo estaba ahí con la mujer que lo amaba, confundiéndola y confundiéndose…
-Mejor voy afuera, perdóname- Dirigió entonces sus pasos a la puerta
¿Sentimiento o razón? A cual seguir en un momento así…La razón le gritaba a Zara que era lo mejor, que todo debía terminar en ese momento, pero el sentimiento interfería pidiéndole que no lo dejara ir, sugiriendo que podría arrepentirse si lo hacia… de cualquier forma el arrepentimiento iba a llegar le pidiera quedarse o no. Esta vez ganó el sentimiento.
-Quédate, no te vayas- le pidió con apenas un murmullo de voz.
El volvió y un beso bastó para unir sus cuerpos, para dejarse sentir, para dejarse llevar por lo que el corazón dictaba, no había ganas de oponerse, no había fuerzas para luchar en contra, sabían que era muy probable que eso no volvería a ocurrir, recorrieron cada centímetro de sus cuerpos intentando guardar cada caricia, cada instante como un recuerdo de lo que habían sido, de lo que ya no podrían ser.
¿En que momento se habían perdido? ¿Cuándo el amor dejó de ser suficiente? ¿Qué faltó, que sobró? Muchas preguntas y muy pocas respuestas.
Ya no era posible seguir el mismo camino, sus pasos tomaban ya un rumbo distinto, dolia pero había que aceptarlo.